viernes, 6 de julio de 2007

HISTORICA, INDISCUTIBLE Y MERECIDA VICTORIA DE CUBA EN EL CONSEJO DE DDHH DE LA ONU (GINEBRA)
Conferencia de Prensa del Canciller cubano, Felipe Pérez Roque
Felipe Pérez.- Buenos días a todos los corresponsales de la prensa extranjera acreditada en Cuba y de la prensa nacional. Les agradecemos su presencia aquí. Queremos explicarles que no nos encontramos ayer para comentar sobre los resultados de la sesión del Consejo de Derechos Humanos y pospusimos esa decisión para hoy en la mañana debido a que nuestro pueblo ayer se encontraba inmerso en un día de duelo, rindiendo tributo a la memoria de la compañera Vilma Espín, y por eso preferimos sostener este encuentro con ustedes en el día de hoy. Creo que la victoria de ayer fue también nuestro homenaje a la vida y a la obra de la compañera Vilma Espín.En el día de ayer —como ya se ha publicado—, el Consejo de Derechos Humanos, integrado por 47 Estados miembros de Naciones Unidas, concluyendo ya su V Período de Sesiones, adoptó por consenso la decisión de descontinuar el mandato de la Representante Personal de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos para Cuba, que era, hasta este momento, la abogada francesa Christine Chanet. Es una decisión que pone fin a la manipulación que durante 20 años se dio en el tema de los derechos humanos contra Cuba, bajo la instigación y las enormes presiones del gobierno de Estados Unidos en la antigua Comisión de Derechos Humanos.El gobierno cubano considera que esta es una rotunda, indiscutible e histórica victoria de la diplomacia cubana.Consideramos que, tras 20 años de resistencia, haber puesto fin y haber derrotado las manipulaciones del gobierno de Estados Unidos contra Cuba en Ginebra, constituye una espléndida victoria, que dedicamos a Fidel quien, con su magisterio y su liderazgo, nos enseñó a resistir sobre la base de la verdad, sobre la base de los principios, sin ponernos de rodillas, sin ceder, y defendiendo la verdad y siendo coherentes con los principios, nos trajo hasta aquí, hasta este momento de victoria, que disfrutamos de manera especial; y lo dedicamos a nuestro pueblo, sin cuyo sacrificio, sin cuya resistencia en todos estos más de 15 años de período especial no hubiera sido posible la victoria.Hay que decir que este resultado tiene el valor adicional de que se ha producido en medio de brutales presiones del gobierno de Estados Unidos, que estuvo hasta el último minuto tratando de que no se adoptara el documento que ponía fin a la construcción institucional del nuevo Consejo de Derechos Humanos, una de cuyas decisiones era poner fin al mandato contra Cuba; terminar el caso de Cuba en el nuevo Consejo de Derechos Humanos, sacar a Cuba de la lista de países que están bajo una observación especial de la maquinaria de derechos humanos de las Naciones Unidas.Estas presiones incluyeron no solo a la delegación norteamericana en Ginebra, que intervino al final para expresar su decepción, para dar rienda suelta a su frustración, reclamando el que se hubiera tomado la decisión de poner fin al mandato contra Cuba. Incluyó también activas gestiones que involucraron, incluso, llamadas personales del presidente Bush y otras gestiones de alto nivel.Además, la decisión fue adoptada por consenso. En el momento final, la delegación canadiense pidió una votación procesal que fue derrotada por 46 votos contra 1, y, por tanto, se volvió a validar la decisión que había sido adoptada el día anterior de aprobar este documento por consenso.Me interesa subrayar que incluso los países de la Unión Europea no se atrevieron a romper ese consenso. No es que no quisieran mantener a Cuba bajo observación, es que no se atrevieron porque comprendían que Cuba tenía más de una veintena de votos asegurados que, si había una votación, garantizarían la victoria por votación de Cuba. Por lo tanto, la Unión Europea no se atrevió a detener esta decisión y se sumó al consenso, lo cual nos lleva ahora a la curiosa situación de que la Unión Europea ha estado de acuerdo en que no hay una situación de derechos humanos en Cuba que justifique mantener a Cuba bajo observación del Consejo de Derechos Humanos. Se ha puesto fin al mandato que observaba Cuba, mandato ilegítimo impuesto por la fuerza por Estados Unidos, pero que existía y que la Unión Europea apoyaba. Ahora la Unión Europea se sumó al consenso, estuvo de acuerdo en que había que poner fin a esa situación, que no existían las razones para mantenerlo. De ahí que esperamos que haya nuevos pasos de rectificación de la Unión Europea para hacer coherente su discurso, sus documentos y sus resoluciones sobre Cuba a esta decisión.Voy a ver ahora cómo ellos van a explicar que por un lado se mantenga la Posición Común y por el otro han aceptado que no hay ninguna razón para tener a Cuba bajo observación del Consejo de Derechos Humanos. Por lo tanto, esperamos que los próximos pasos sean abolir definitivamente la Posición Común y eliminar definitivamente las llamadas sanciones que la Unión Europea adoptó contra Cuba y que mantiene suspendidas.Hay que decir que esta victoria de Cuba tiene varios antecedentes. El primero es el hecho de que durante 20 años Cuba ha estado resistiendo, defendiendo la verdad, defendiendo la justicia, peleando no solo por los derechos de Cuba, sino también por los derechos del Tercer Mundo contra la manipulación de un tema noble como el de los derechos humanos, contra el uso discriminatorio y selectivo de este tema para castigar a los que no se rinden, para doblegar a los que defienden su derecho a la independencia y a la soberanía.La primera vez que el gobierno de Estados Unidos trató de condenar a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos fue en el año 1987. Esa resolución no prosperó, porque entonces, a propuesta de la India, se adoptó una moción de no acción que le cerró el paso a aquella resolución norteamericana. Al año siguiente, en el año 1988, la Comisión aprobó una propuesta de enviar una comisión a Cuba, que efectivamente vino a Cuba y en el año 1989 presentó un informe que probaba que no había en Cuba una situación de violación flagrante, masiva, sistemática de los derechos humanos. Por lo tanto, en los años 1987, 1988, 1989, mientras la Comisión trabajaba, presentaba su informe, el gobierno de Estados Unidos intentaba y no lograba que se aprobara su resolución anticubana. En el año 1990, por primera vez Estados Unidos logró que se aprobara una resolución contra Cuba, porque entonces los países que habían sido socialistas ya no lo eran y se sumaron al voto de Estados Unidos y sus aliados occidentales, y por primera vez Estados Unidos tuvo la mayoría de votos que le permitió condenar a Cuba. Además, comenzaban en Cuba los duros años del período especial. Mucha gente no creía que era posible para Cuba resistir, y así en el año 1990, en el año 1991, en el año 1992, se fueron aprobando resoluciones contra Cuba; incluso en el año 1993, el gobierno de Estados Unidos logró que se aprobara esa resolución por 27 votos contra 5. Solo cinco países votaron a favor de Cuba en aquel momento. Eran los años duros; incluso los amigos dudaban de la capacidad de Cuba de resistir y vencer. Así fueron los años noventa, hasta que en el año 1998 Cuba pudo derrotar al gobierno de Estados Unidos, que ya casi no hacía gestiones porque se aprobaba de manera casi automática. Se descuidaron, y en aquel año Cuba derrotó la resolución; pero en el año 1999 retornaron con toda su fuerza con gestiones que involucraron al Presidente, al Vicepresidente, a la Secretaria de Estado, y lograron por 21 votos contra 20 reimponer la condena de Cuba en el año 1999.Después, en medio de una batalla campal en el terreno de las ideas, de la política y de la diplomacia, resistimos, pero nunca pudimos derrotar la resolución, esta fue aprobada siempre por estrecho margen y en medio de brutales presiones que Cuba denunció y de las que presentó pruebas aquí año tras año.Después colapsó aquella Comisión de Derechos Humanos, lastrada por la falta de credibilidad, especialmente cuando los países occidentales se negaron a aprobar allí una resolución presentada por Cuba que hubiera enviado una misión de observación a ver el campo de concentración de la Base Naval de Guantánamo, que fue ya el puntillazo final a la credibilidad y que derivó en el consenso de que había que eliminar la Comisión y constituir un nuevo cuerpo. Vinieron las negociaciones en Naciones Unidas que terminaron, a fines del año 2005, con la resolución que creó el Consejo de Derechos Humanos; de ellas los países del Tercer Mundo, con un activo liderazgo de Cuba, obtuvieron importantes conquistas en las reglas de cómo quedaría organizado el nuevo Consejo.Después vino la elección en el 2006. Cuba se presentó, obtuvo 135 votos para ser miembro fundador del nuevo Consejo, lo que constituyó un reconocimiento indiscutido a la autoridad moral de Cuba, al obtener más de dos tercios de los votos que hicieron a Cuba ser uno de los países elegidos con mayor apoyo. Recordemos que Estados Unidos no se presentó a esa elección por temor, como el voto era secreto, a no ser elegido.Después vinieron las negociaciones, que culminaron en el día de ayer con la aprobación del documento que organiza los trabajos y que decide qué hacer con los antiguos mandatos que venían de la Comisión, entre cuyas decisiones está la descontinuación, el cese del mandato sobre Cuba; es decir que ha terminado el mandato que observaba a nuestro país, y que siempre denunciamos y rechazamos como una maniobra y una imposición del gobierno de Estados Unidos.Puedo entender el disgusto del régimen de Bush, puedo entenderlo; puedo entender su sentimiento de frustración porque al final la pequeña islita insurrecta ha obtenido la victoria y ha obtenido el apoyo de la comunidad internacional; puedo entender su disgusto porque ya no cuentan con el último pretexto, con el cual justificaban su política de bloqueo y agresiones contra Cuba; puedo entender su frustración, porque entiendo que su situación ahora es muy incómoda, se han quedado colgados de la brocha y nosotros nos hemos llevado la escalera. Han perdido la legitimidad que intentaban buscar con aquella condena, aquel seguimiento a la situación cubana, y ya no cuentan más con ese pretexto.Recordemos que antes justificaban el mantenimiento del bloqueo porque Cuba tenía tropas internacionalistas enfrentando en África al apartheid, del que ellos fueron cómplices. Después dijeron que Cuba apoyaba los movimientos guerrilleros que se opusieron en América Latina a las sangrientas dictaduras que ellos apoyaron. Después dijeron que era porque Cuba era un aliado de su enemigo, la Unión Soviética, en la Guerra Fría, pero todo eso fue desapareciendo. Después decían que mantenían el bloqueo y las agresiones porque en Cuba se violaban los derechos humanos y la prueba era que las Naciones Unidas, en su Comisión de Derechos Humanos, condenaba a Cuba; pero ahora no tienen ya más ese pretexto. Por eso consideramos esto una gran victoria en el terreno de las ideas, de la política, de la diplomacia; una victoria obtenida en buena lid. No hemos obtenido la victoria presionando, chantajeando, comprando votos, hemos obtenido la victoria defendiendo la verdad, siendo coherentes con nuestros principios y hemos concitado la admiración y el apoyo de la comunidad internacional, y ellos, aislados, han visto cómo nadie levantó su voz ayer para intentar objetar la aprobación por consenso de aquel documento.Creemos que la decisión es un acto imprescindible de justicia que la comunidad internacional debía al pueblo cubano y que se materializó ayer. Creemos que es un reconocimiento a la batalla que Cuba ha dado por los derechos humanos para todos. Creemos que es un reconocimiento a la manera en que nuestro pueblo se sacrificó luchando por los derechos de los pueblos africanos contra el colonialismo, contra el apartheid. Creemos que es un reconocimiento al pueblo de esta pequeña islita que envió a más de 300 000 de sus hijos a combatir en África contra el apartheid, de los que 2 000 cayeron y no pudieron regresar junto a sus familiares.Nuestra victoria hoy es un testimonio también que recuerda sus sacrificios en favor de los derechos de aquellos pueblos todavía hoy expoliados. Creo que es un acto de justicia elemental con este pueblo, que tiene hoy a más de 40 000 de sus hijos -médicos, enfermeras, maestros, ingenieros- trabajando en más de 100 países del mundo. La comunidad internacional le debía a este pequeño país, que ha devuelto la vista a 700 000 personas gratuitamente en los últimos años, que tiene aquí estudiando más de 30 000 jóvenes de más de 100 países del Tercer Mundo, este acto de justicia y de reparación. Así lo entiende nuestro pueblo y así lo agradece.Creemos que hay también un reconocimiento a la posición que Cuba ha tenido allí defendiendo los derechos del Tercer Mundo; hay un reconocimiento a nuestra autoridad creciente como presidente del Movimiento de Países No Alineados. Creo también que debemos expresar satisfacción por la manera en que ha concluido el proceso de construcción institucional del Consejo. Ha habido allí un resultado —que no gusta a Estados Unidos ni a sus aliados, pero que no han podido evitar—, que reconoce importantes demandas que los países del Tercer Mundo han defendido por décadas. Es un resultado favorable y crea las condiciones para intentar, en el nuevo Consejo de Derechos Humanos, ocuparse de la conquista de todos los derechos humanos para todos los habitantes del planeta, sin el uso espurio de este tema con fines de manipulación política, con fines discriminatorios, sin dobles raseros. Y esperamos ahora —esperamos ahora— que los países occidentales aliados a Estados Unidos estén dispuestos, realmente, a trabajar sobre los principios que ayer se han acordado de universalidad, imparcialidad, objetividad, no selectividad, diálogo constructivo y cooperación. Esos son los principios que ayer se han enunciado allí en esta nueva etapa que se abre para luchar en el marco de Naciones Unidas por los derechos humanos para todos los habitantes del planeta.Reitero el compromiso de Cuba de continuar trabajando, como lo ha hecho hasta hoy, con coherencia, con modestia; pero con hidalguía también y con apego irrestricto a los principios, en defensa de las verdades que hasta hoy hemos defendido.Es un día de victoria para nosotros, que proclamamos hoy con la conciencia clara de cuánto esfuerzo y cuánta batalla nuestro país ha tenido que dar para llegar a este momento.Agradecemos a los países que apoyaron a Cuba, que hace unos días, en el debate en el que la Representante para Cuba presentó su informe, hicieron en la práctica lo que constituyó la votación y el termómetro de lo que iba a pasar cuando 26 países, en un hecho inédito en la historia de la antigua Comisión de Derechos Humanos y del Consejo, ¡veintiséis países!, objetaron el mandato de la llamada representante personal de la Alta Comisionada y objetaron el contenido de su informe, politizado e injusto. Y solo cuatro países, Estados Unidos, Alemania, República Checa y Canadá, estuvieron dispuestos a apoyarlo. Ese día, en la práctica, hubo una votación, y ese era el apoyo que Cuba tenía, y, por lo tanto, sabiéndolo, los países que hubieran querido mantener a Cuba condenada optaron por retirarse y entender el apoyo abrumadoramente mayoritario que Cuba tenía entre los países de América Latina, de África, del Medio Oriente y de Asia.Así que, de esta manera, ha quedado cerrado un ciclo histórico de 20 años de batalla en el terreno de las ideas, en uno de los temas más politizados, si no el más, de la agenda internacional. Esperemos ahora que el gobierno de Estados Unidos no insista en el disparate de intentar reabrir el tema, algo que teóricamente podrían hacer, pero que políticamente sería un grave error y que Cuba volvería a enfrentar con la misma determinación y la misma convicción con que luchó estos 20 años hasta conquistar la victoria.