domingo, 5 de agosto de 2007

Los explosivos para el sabotaje de El Encanto provenían de la CIA
Confirma el terrorista Antonio Veciana, sobre aquel hecho criminal de abril de 1961
POR JEAN-GUY ALLARD —de Granma Internacional—
LOS explosivos que provocaron el gigantesco incendio de la tienda El Encanto, en el corazon de La Habana, el 13 de abril de 1961, y que causaron la muerte de Fe del Valle, procedían directamente de la Agencia Central de inteligencia (CIA), confesó el jefe terrorista Antonio Veciana en una entrevista con una estación de radio de Miami.
“Nosotros no podíamos fabricar nada que fuera explosivos, estas cosas que eran verdaderas armas industriales…” admitió el terrorista que era entonces jefe de sabotaje de una banda criminal llamada Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP) dedicada a realizar atentados en La Habana.
¿Lo que explotó en El Encanto fue una petaca incendiaria?, se le preguntó.
“Sí, sí, eso se hizo en varias tiendas”, contestó. “Yo recuerdo perfectamente cómo el MRP, específicamente Emilio Mayor, que era el coordinador, había recibido de parte nuestra petacas incendiarias para ponerlas en las tiendas porque había personas que pertenecían al movimiento que eran empleados de las tiendas”.
Al hacerse preguntar, con insistencia, si “estas petacas incendiarias venían de la CIA, de los Estados Unidos”, Veciana confesó: “Oh, si, hombre”, para luego explicar que su organización no tenía medios ni conocimientos para fabricar tales artefactos.
“Teníamos equipos que llegaban a la capital, especialmente, pero a otras provincias también donde la CIA enviaba armas, explosivos y petacas incendiarias”, reveló, confirmando acusaciones formuladas desde hace décadas por las autoridades cubanas.
Estas petacas incendiarias eran “muy fáciles de utilizar porque, de acuerdo al color que tenía la cinta, era el tiempo que demoraba en explotar”, explicó el delincuente, cuyo nombre se encuentra mencionado en los archivos del asesinato de John F. Kennedy*.
Un terrorista, Carlos González Vidal, se propuso para realizar el atentado proyectado contra la tienda de seis pisos de la céntrica calle Galeano, cuenta Veciana.
“Carlito dijo: yo la voy a poner. Y la puso en una de las salidas del aire acondicionado, él sacó la tapa y la introdujo ahí… con la buena suerte de que eso inmediatamente que explotó, se destruyó…”, precisó con cinismo el terrorista miamense.
El fuego “se corrió por toda la tienda, y la tienda fue destruida totalmente”, añadió.
El 11 de octubre los nacientes órganos de seguridad de la Revolución capturaron a Dalia Jorge, una de las terroristas usadas por Veciana y sus jefes de la CIA.
Pronto, el Jefe del MRP y agente de la CIA, Reynold González, fue también detenido al igual que otros terroristas como Carlos González Vidal y Juan Izquierdo Díaz. Alertado, Veciana escapó hacia los Estados Unidos.
“Yo le propicié un Cadillac blanco”, se jacta el octogenario que encargó a Dalia Jorge “llevar una petaca a la tienda Sears para hacer el mismo trabajo que se había hecho en El Encanto”.
“Parece que se puso nerviosa. Había puesto ya una petaca incendiaria y cuando fue a poner la segunda fue arrestada por la vigilancia. Al ser llevada al G2, habló de muchas de las cosas… tenía muchos contactos sobre quiénes eran los dirigentes del MRP, los lugares donde teníamos armas, etcétera.”
Con el arresto de sus cabecillas y la huida de Veciana, el MRP-CIA había dejado de existir.
* N de la R.- La referencia en la investigación de la Cámara de Representantes sobre el asesinato de John F. Kennedy es su declaración reiterada de que conoció a Oswald, antes del magnicidio, en una ocasión en que el supuesto tirador único vino a verlo con el oficial CIA David Attlee Philips, quien se hacía llamar Maurice Bishop.