La presidenta Cristina Fernández habló ayer ante la Asamblea Nacional de Venezuela, en un discurso en el que celebró el bicentenario de la nación hermana. La primera mandataria destacó el grado de unidad de la región y el papel de la Unasur en la defensa de las democracias.
En un encendido discurso que atravesó los procesos históricos y sociales de América del Sur durante los últimos 200 años, la presidenta Cristina Fernández celebró ayer el bicentenario de Venezuela ante la Asamblea Nacional de ese país, reunida en pleno para escucharla en su calidad de única oradora de fondo. También estuvieron presentes otros mandatarios especialmente invitados a los festejos.
Tras repasar las acciones destacadas de los próceres que contribuyeron a la emancipación de las naciones latinoamericanas, la Presidenta destacó el alto grado de unidad alcanzado por los países del continente en los últimos años.
“Yo no sé si será esta realidad de hoy exactamente la que soñaron San Martín Bolívar, Belgrano, Moreno, Monteagudo, Sucre, Juana Azurduy, pero estoy segura que se le parece bastante más que la que teníamos hace 15 años en nuestra región. Estoy absolutamente convencida. Y entonces esto significa que hemos dado también un gran paso”, afirmó Cristina.
La Presidenta también aprovechó la ocasión para reiterar el anacronismo que significa la presencia colonial británica en las Islas Malvinas y reiteró su concepto de que las disposiciones de los organismos internacionales deben ser respetadas por todos los países que los integran.
“Quiero agradecer aquí y ahora la solidaridad de Venezuela y de todos los países de la región en el apoyo permanente en lo que es una causa no de la Argentina o regional, como es la de desterrar enclaves coloniales como el que tiene el Reino Unido en el sur del continente, sino que es una obligación universal, por sobre todas las cosas”.
“Lo que debemos debatir en América del Sur, en todos los foros y espacios institucionales y no institucionales, es la necesidad de que se termine el doble standard, en donde los poderosos pueden violar las disposiciones de la OEA o de la ONU y solamente estamos obligados a respetarlos los que somos más débiles o carecemos de la fuerza necesaria para que se respeten nuestros derechos”, agregó.
La presidenta argentina puso de relieve el papel jugado oportunamente por la Unasur en la defensa de las instituciones democráticas y del respeto a la voluntad popular en la región.
“El respeto a la soberanía popular es para nosotros una cuestión que está en nuestro ADN, porque en mi país el peronismo fue un partido proscripto y perseguido, hasta el punto de prohibir pronunciar el nombre de sus fundadores o cantar la marcha que nos distingue”, afirmó.
“Esta es una de las claves que debemos entender y así lo hicimos cuando acudimos a ayudar a la hermana república de Bolivia y a su presidente democrático Evo Morales, cuando los presidentes de la Unasur nos reunimos en La Moneda para analizar la situación”, recordó Cristina.
"La Unasur pudo lo que otros no pudieron"
“Y fíjense qué curioso: un organismo como la Unasur, que no está organizado como otras organizaciones, pudo lograr lo que otros no pudieron en etapas más recientes en Centroamérica, que fue justamente impedir la violación de la voluntad popular”, dijo Cristina, en clara alusión a la falta de reacción de la OEA frente al golpe que depuso en Honduras al presidente Manuel Zelaya.
“Lo tomo como ejemplo de lo que podemos hacer cuando unimos nuestros esfuerzos y nuestras inteligencias. Significa aunarlos para lograr mejores resultados, que de eso se trata la política”, afirmó.
Sobre el final de su discurso, que fue interrumpido en reiteradas ocasiones por los aplausos de los asambleístas y público asistente, la presidenta argentina puso de relieve la fuerza arrolladora de los pueblos cuando luchan por su libertad y sus derechos.
“No hay poderío militar o económico que pueda con la decisión de un pueblo cuando éste decide liberarse y yo creo que ese es el mensaje que nos dan esos hombres y mujeres que enfrentaron al ejército más poderosos en aquel momento, en 1810 y es que lo que define la libertad de los pueblos es el valor y el coraje que tengan sus ciudadanos para defender los sagrados derechos de la libertad y la igualdad”.
“En nombre de esos valores vengo hoy aquí a saludar ante esta Asamblea Nacional, legítimo lugar donde está representada la soberanía popular de Venezuela, al coraje de sus hombres y mujeres, los del 19 de abril de 1810 y los del 19 de abril de este 2010. Gloria y honor a ambos”, concluyó Cristina Fernández.