La decisión de Cristina Fernández -de diferir y reprogramar la deuda que las provincias mantienen con el Estado nacional- garantizará un "crecimiento armónico" en la administración de los distritos y la macroeconomía. Así lo auguran funcionarios del Gobierno nacional, como el jefe de Gabinete.
El Programa Federal de Desendeudamiento postergará y reprogramará a 20 años las deudas provinciales con el Estado. Así lo explicó ayer la presidenta Cristina Fernández en Casa de Gobierno, junto el ministro de Economía, Amado Boudou. Y ante la presencia de ministros que forman parte del Gabinete, gobernadores y autoridades nacionales.
Hoy, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, destacó que, gracias a esa medida, "las provincias ahora tienen un horizonte de previsibilidad”.
En declaraciones radiales, el jefe de ministros destacó que la política apunta a “un crecimiento armónico” entre las provincias y Nación, en virtud de que se determina un período de gracia hasta 2012 y una tasa fija (6%) a 20 años para reprogramar el resto de la deuda, que el Gobierno estimó en $75.000 millones. Además, las deudas se verán reducidas por los Aportes del Tesoro Nacional que el Gobierno lleva acumulando en los últimos años ($9800 millones).
Mientras tanto, algunos sectores de la oposición celebraron la implementación del Programa pero quisieron tomar protagonismo al señalar que en la Cámara de Diputados había un proyecto de ley que iba en el mismo sentido, algo que Fernández minimizó: “La realidad nacional se construye con las posibilidades que tiene el Gobierno, no con lo que quiere la oposición. A lo sumo podrían haberle preguntado al Gobierno qué posibilidades había” de concretar esta medida.
Consultado acerca de si esta medida les da mayor independencia política a los gobernadores, el jefe de Gabinete fue enfático: “Siempre la han tenido. No es verdad que los gobernadores estaban mendigando, como dice la oposición. Nuestro grupo político gobierna desde el 25 de mayo de 2003 y a ninguna provincia usted la vio con la lengua afuera”, concluyó Fernández.