sábado, 28 de noviembre de 2009

La guerra hubiese sido una tragedia irreparable, sostuvo Cristina


Al rendir homenaje a Juan Pablo II y descubrir una placa en la cripta donde se cerró el tratado, Cristina dijo emocionada que de haber existido guerra hubiera sido una tragedia irreparable. Bachelet destacó su alegría y la de todo el pueblo chileno por el extraordinario encuentro con el Papa.
Al hablar en el Vaticano durante el 25 aniversario del tratado de paz por el conflicto del canal Beagle, Cristina Fernández de Kirchner sostuvo que de haber existido la guerra con Chile "hubiese sido una tragedia irreparable", .

También manifestó su "profunda emoción y sentimiento" tras su encuentro con el Papa Benedicto XVI.

"Hay que evaluar que la cuestión de vivir con tranquilidad y evitar una guerra fue un logro del Papa Juan Pablo II y el cardenal Antonio Samoré", agregó.

La Presidenta pronunció estas palabras luego de la audiencia en la Sala Clementina, y tras colocar, en presencia del cardenal Tarcisio Bertone y los embajadores de la UNASUR acreditados en Santa Sede, una placa conmemorativa en el sitio de la Casina de Pío IV, donde transcurrieron las negociaciones decisivas que culminaron con la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1984 (luego ratificado en Santiago de Chile y en Buenos Aires) e hicieron entrega al cardenal de un ejemplar del Acta de Maipú.

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, expresó su "alegría y la de todo el pueblo chileno por este encuentro extraordinario que tuvimos con el papa Benedicto XVI".

Fue al pronunciar su discurso en la Casina Pío IV, junto a la presidenta argentina y al secretario de Estado vaticano, Narciso Bertone, con motivo de la conmemoración del 25 aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre ambos países. Elogió asimismo el "tremendo aporte" que hicieron Juan Pablo II y el cardenal Antonio Samoré por la Paz".

Previamente, junto con los cancilleres y embajadores habían llegado hasta una de las criptas de la Basílica de San Pedro en el llamado Largo Braschi, y allí colocaron una ofrenda floral ante la tumba de Juan Pablo II.

Al término de la ceremonia, las comitivas se retiraron a compartir un almuerzo.

En el mensaje leído en perfecto español, en el marco de la conmemoración del 25º aniversario del acuerdo por el canal de Beagle y en presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par chilena Michelle Bachelet, el Papa Benedicto XVI había señalado en la Sala Clementina que el tratado de paz entre Argentina y Chile forma parte de la gran historia de las dos naciones y de América latina"..

El Sumo Pontífice subrayó en la Sala Clementina del Vaticano que la Iglesia evitó "un conflicto armado que estuvo por enfrentar a dos pueblos" y destacó la intervención de su antecesor, Juan Pablo II.

"Queremos agradecer los esfuerzos a las mediaciones de las delegaciones diplomáticas. Chile y Argentina no son sólo naciones vecinas, son dos pueblos hermanos, con vocación de amistad", precisó Benedicto XVI.

Indicó que el tratado de paz "es un ejemplo luminoso de la fuerza del espíritu humano" y pidió que el acuerdo "selle para siempre la paz y la amistad entre argentinos y chilenos".

Benedicto XVI finalizó la ceremonia con una especial bendición apostólica a ambas presidentas.

Antes, Cristina Fernández de Kirchner había mantenido una reunión a solas con el Papa Benedicto XVI, en la antesala de la biblioteca privada.

La primera mandataria, junto al canciller Taiana y al embajador argentino en la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, se habían trasladado desde la ciudad de Roma hasta el Arco de las Campanas, lugar de ingreso al Estado del Vaticano, a la hora prevista.

Había hecho lo propio su par chilena Michelle Bachelet y su comitiva, y luego, desde allí, ambas Presidentas ingresaron juntas, en el mismo auto con las banderas de los dos países a la Casa Pontificia, donde fueron recibidas por sus autoridades.

Momentos después, en el llamado Palacio Apostólico, las Presidentas y las delegaciones (cancilleres y embajadores) fueron recibidas sucesivamente por el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone.

Hito histórico

El canciller argentino explicó que “será la primera vez en la historia del Vaticano que un Pontífice reciba y mantenga una audiencia privada con dos Presidentas juntas, por eso el viaje es un hito histórico y de celebración, porque también reafirma claramente la voluntad de ambos Gobiernos democráticos y de ambos pueblos de seguir trabajando por la paz y la integración”, aseguró Taiana.

“El Tratado de 1984 puso fin a una situación de tensión y de posible conflicto armado generado por dictaduras nefastas que nos hubiera enfrentado y destruído a pueblos hermanos. La intervención de Juan Pablo II fue determinante al permitir la gestión del cardenal Antonio Samoré, y ciertamente ha sido un hecho muy especial para la Santa Sede, pues su intervención como mediación resultó positiva” explicó Taiana.

Añadió que “ahora, en democracia y en paz, y sobre las bases de aquel documento, hemos dado un nuevo giro en la relación, ya que las Presidentas firmaron a fines de octubre en Maipú, Chile - donde se selló el abrazo entre San Martín y O’Higgins-, un Tratado de Integración y Cooperación cuyos alcances no tienen antecedentes en nuestra región”, aseveró Taiana, al explicar el nuevo marco legal que consolida los logros institucionales bilaterales de los últimos 25 años y constituye “el nuevo contexto en el cual se desarrollarán nuestros lazos de hermandad en las próximas generaciones" concluyó el jefe de la diplomacia argentina.

El secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri consideró que “aquel acuerdo y el reciente convenio repercutirá favorablemente en toda la región. Las Presidentas llegan al Vaticano con la alegría compartida de dos pueblos que celebran no haber sido desgarrados por verse involucrados en una guerra producto de la demencia de las dictaduras militares que gobernaban entonces ambos países”.

Oliveri sostuvo que, “con el aporte decisivo de Juan Pablo II y el querido y recordado cardenal Samoré, el acuerdo de paz sirve para darnos cuenta de la importancia que tiene justamente la paz para poder construir y mirar el futuro de una manera positiva”.

Agregó que “por eso lo celebramos: amplía el marco de la relación bilateral y marca las máximas posibilidades y potencialidades que tenemos".

Embajador

A su vez, el embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, afirmó que “la paz es un proceso que nace de la conciencia y no hay argumento que justifique su ausencia. Pretendemos y demandamos un mundo sin violencia donde se respete al otro más allá de su fuerza”.

Opinó el representante argentino en el Vaticano que la guerra "es un crimen, y dado que la paz es un valor positivo en sí mismo, nos obliga a variar el rumbo de la historia cada vez que sea necesario evitar la confrontación o el desencuentro. No hay guerras justas ni se justifica prepararse para una. El fracaso político debería provocar el cambio de los que fracasan, antes que pensar en armarnos para atacar al vecino” .

El embajador Cafiero dijo que “los intereses que lucran con la violencia deberían ser vencidos en la primera batalla que es la de nuestra conciencia, donde se proyecta la idea de civilización pacífica y constructiva. Aún las guerras modernas, llamadas preventivas, son guerras suicidas. Y la destrucción de vidas, los muros o bloqueos, sólo provocan el derrumbe de la humanidad ante la consternación de los observadores”.

La agenda

Las dos mandatarias tienen previsto arribar al Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico en un automóvil con las banderas de Argentina y Chile, aproximadamente, a las 10:45.

La ceremonia de bienvenida estará a cargo del Prefecto de la Casa Pontificia, Monseñor James Michael Harvey, quien presentará a los gentilhombres que acompañarán a las presidentas. El Patio San Dámaso se encuentra la entrada principal al Palacio.

Luego de la bienvenida, la doctora Kirchner se trasladará hasta el Salón del Troneto, en la Antesala de la Biblioteca Privada, donde es aguardada por el Santo Padre.

Por su parte la mandataria chilena se dirigirá a la Sala dell´Angolo para entrevistarse con el Cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone.

Posteriormente, Michelle Bachelet será recibida por el Papa Benedicto XVI, mientras la mandataria argentina hará lo propio con el Cardenal Secretario de Estado.

SALA CLEMENTINA

A las 11:45, en la Sala Clementina, así denominada en homenaje al Papa Clemente VIII, ambas presidentas y sus respectivas comitivas participarán de la ceremonia del 25º aniversario de la Firma del Tratado de Paz y Amistad entre la República Argentina y la República de Chile. Durante el acto, el Sumo Pontífice pronunciará, en idioma español, un mensaje alusivo.

CRIPTA DE LA BASÍLICA DE SAN PEDRO

Tras el emotivo encuentro, las jefas de Estado se trasladarán hasta la Cripta de la Basílica de San Pedro, donde el Archipreste de la Basílica, Cardenal Angelo Comastri brindará una oración por la paz. A continuación se presentarán ofrendas florales ante la tumba del Papa Juan Pablo II.

CASINA DE PIO IV

A las 12:50, y luego del homenaje al Papa Juan Pablo II, las presidentas y sus comitivas, conjuntamente con el Cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone develarán una placa conmemorativa de mármol de carrara en el sitio de la Casina de Pío IV, lugar donde transcurrieron en 1984, las negociaciones que culminaron con la Firma del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile.

De inmediato, el Cardenal Bertone y las mandatarias pronunciarán sendos discursos alusivos, tras lo cual, la doctora Kirchner y Michelle Bachelet entregarán un ejemplar del Acta de Maipú, recientemente suscripta por ambas en dicha ciudad de la República de Chile. A esta ceremonia fueron especialmente invitados embajadores de UNASUR acreditados en la Santa Sede.

La Casina de Pío IV fue construida en el año 1558.Ubicada en los Jardines Vaticanos el edificio es la sede de las Pontificias Academias de las Ciencias.
Luego del acto conmemorativo, será servido un almuerzo del que participarán ambas delegaciones. Finalizado el mismo las jefas de Estado se retirarán en forma separada a través de la Plaza del Santo Oficio.

El conflicto

Ante el fracaso del laudo arbitral del Gobierno de Gran Bretaña y viendo que los dos países aumentaron las voces sobre acciones bélicas, el 23 de diciembre de 1978, el Papa Juan Pablo II decide enviar al cardenal Antonio Samoré, quien arriba a Buenos Aires, el 26 de diciembre y, en el lapso de 17 días, se reúne cinco veces con Videla y tres con Pinochet.

Como primer resultado de las gestiones del cardenal Samoré, el 8 de enero de 1979, los cancilleres Pastor de Argentina y Cubillos de Chile, firmaron en Montevideo, un Acuerdo sobre el Diferendo en la Zona Austral, donde se oficializaba la mediación de la Santa Sede. Asimismo, se firmó un documento complementario donde los dos países se comprometieron a no usar las fuerzas en sus relaciones mutuas.

El 4 de mayo de 1980, comenzaron oficialmente los trabajos relacionados con la mediación papal en la Casina Pío IV.

El 12 de diciembre de 1980, Juan Pablo II hizo entrega a sendas delegaciones de la propuesta para la solución de la controversia en la zona austral.

El 23 de enero de 1984, los ministros de Relaciones Exteriores de Argentina y Chile, Dante Caputo y Jaime del Valle, respectivamente, suscribieron en la Ciudad del Vaticano “La Declaración Conjunta de Paz y Amistad”.

El 4 de octubre de 1984, la Oficina para la Mediación comunicó oficialmente que “las delegaciones de Chile y Argentina con la ayuda de la Santa Sede, y sobre la base de la propuesta papal del 12 de diciembre de 1980, han alcanzado un pleno acuerdo para la solución de la controversia en la zona austral”.

El 18 de octubre de 1984, el cardenal Agostino Casaroli, secretario de Estado de su Santidad, hizo entrega a las delegaciones argentina y chilena del texto definitivo y auténtico del Tratado.

El acto tuvo lugar en la Casina Pío IV, donde seis años antes comenzaron los trabajos de la mediación.

Es así como el 29 de noviembre de 1984, en presencia del cardenal Casaroli, los cancilleres Dante Caputo y Jaime del Valle suscribieron en la Sala Regia del Palacio Apostólico, el Tratado de Paz y Amistad.

La ceremonia de intercambio de instrumentos de ratificación del Tratado por parte de ambos cancilleres tuvo lugar en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, en presencia de su Santidad, Juan Pablo II, el 2 de mayo de 1985.